Esta preciosidad fue la causante de mi afición, fue el regalo de mi primera comunión, y siempre la he tenido como oro en paño.
Al año siguiente, me regalaron la rubia de ojos azules, con un vestido que yo lo bautizé como hippie,(supongo que por llevar la cinta en el pelo).
Son mis primeras Nancys y con ellas viví momentos felices en mi infancia.
Ahora que soy un poquito más mayor he vuelto a tener la misma ilusión que tenía cuando era una niña.