Recuerdo los nervios que tenía por volver a encontrarme con mis amigas y poder contarnos qué habíamos hecho durante las vacaciones, también por saber que maestra o maestro te tocaría, saber cuál sería tu clase y si coincidirían tus amigas en ella.
Y por supuesto, el estreno del material escolar, usábamos cartera o maleta, la mochila nunca la utilicé.
Los estuches, lápices, goma (si era de nata de la marca Milán, mejor), cuadernos, esas plantillas (para la clase de Sociales)
y los libros ( en nuestra época no había cheque-libros), si eras el mayor de los hermanos (es mi caso), tenías la suerte de estrenarlos. Me encantaba el olor a libro nuevo, bueno me sigue gustando y me gustaba el ritual de ponerle el nombre, el curso y forrarlos.

Creo que hay ciertas cosas que aunque pasen los años no cambian y ésta puede ser una de ellas, el primer día de cole todos estamos nerviosos, grandes y pequeños.